22 enero 2017

Qué es el éxito?


Resultado de imagem para exito
Mónica tuvo tres hijas, y desde que nacieron, ella pidió al universo que le diera fuerza para aceptar lo que cada una de ellas quisiera ser para alcanzar su propio camino y felicidad. Durante 20 años se preparó para eso, y mandó esa petición a Dios, sin ser muy consciente del por qué. A los 20 años del nacimiento de Dana, ocurrió algo que le puso a prueba su anhelo.Ellos eran de El Dorado, un pueblito cercano a Posadas, la capital de la provincia de Misiones, al norte de Argentina. Las tres niñas crecieron en medio de cascadas, jugando en el bosque, caminando varios kilómetros al día, armando collares con semillas y en un ambiente natural. A los 18 años, cuando Dana terminó su colegio, la cultura de nuestra sociedad la llevó a dar el siguiente paso, sin que pudiera tener mucha opción para pensar en hacer otra cosa. Entonces escogió la carrera que más le parecía adecuada a su gusto, y se trasladó a Posadas a estudiar Diseño Industrial.

Durante dos años estudió esa carrera, hasta que conoció a Coco, un artesano hippie que vivía en donde le cayera la noche, y pasaba sus días haciendo máscaras talladas en madera. Dana y él se enamoraron profundamente, se reconocieron desde el primer encuentro y desde allí no se separaron. 

A los dos meses, Dana viajó a El Dorado, y le dijo a Mónica que había dejado su carrera, que ahora estaba trabajando con Coco. La siguiente vez que Mónica fue a a Posadas, llega a ver a Dana en donde quedaron, y encuentra la siguiente escena: una mujer llena de polvo, sentada en la Plaza de Posadas en la acera, con el pelo y la piel curtidos de sol. Las manos de su hija cortadas y llenas de barnices porque estaba aprendiendo a tallar la madera. La ropa sucia, rota y gastada de la calle, y del sol que es experto en decolorar tejidos. Mónica los vio desde lejos y sintió cómo le recorrió un hilo frío por la columna. No había visto hasta ese momento la cara de Dana, la cubría su cabellera larga y crespa. Cuando estuvo más cerca, aún con las piernas temblando de la impresión, el rostro de Dana apareció iluminado por el sol, y por una inmensa sonrisa que la madre no veía en ella desde que era una niña. Mónica entendió. Meses después, en la casa de Mónica pude ver una pared adornada por unas máscaras de madera que soy incapaz de transmitir con palabras, de lo hermosas que podían llegar a ser. Obras de arte de su hija y su esposo artesano, Coco.

Páginas