Cuando le preguntamos a alguien sobre el significado de la palabra economía, inevitablemente nos
enfrentaremos con que esta palabra está asociada al dinero, a la obtención de
un beneficio monetario, o a la ausencia del mismo. Sin embargo, la etimología
de la palabra, y lo que debería ser su aplicación social, está bastante lejos
de esa definición. Eco significa
casa, y nomía significa manejo o
administración. Como ciencia social, la economía abarca el uso y administración
de TODOS los recursos de un país, continente, y en su totalidad, el planeta.
Por lo tanto, la economía se diferencia profundamente de la administración de
empresas, en que ésta última abarca el ámbito de unidades económicas, o de
individuos particulares, mientras que la economía abarca a todas esas unidades
económicas o individuos particulares.
Pero vamos más allá. Hablar de unidades
económicas, no solamente implica un factor meramente financiero. Implica un
conjunto de aspectos que conforman a cada uno de esos individuos económicos que
hablábamos recientemente. Vamos al caso de una empresa. Una empresa no es un
estado financiero en donde se expresan términos monetarios únicamente. Es obvio
que una empresa, o un individuo económico ES mucho más que eso. ¿Qué? Empecemos
por decir que para que un individuo económico exista, se requiere de un ser que
realice una actividad de interrelación con algo. Es decir, empecemos por decir
que existe el factor humano, dependiendo de una serie de recursos que utiliza
para la elaboración o transformación de lo que hace. Toma de su medio ambiente ciertos
elementos, que mediante su creatividad, liderazgo y trabajo, transforma, y
luego vuelve a poner en el medio, en donde por objeto de esa transformación, el
medio le retribuye: bien sea mediante dinero, servicios, prestaciones o
derechos. Es decir, al factor dinero le
hemos sumado aspectos como los recursos utilizados, el factor humano, lo que
tomó del medio, lo que entregó al medio, y los métodos que el individuo
económico ha usado para transformar y luego obtener algo de esa
transformación.
Economía entonces es el estudio de esa
interacción permanente y cambiante de las relaciones entre unidades económicas
individuales. La economía tiene como objetivo científico, mediante el estudio
de estos fenómenos, generar los mejores métodos para que dicho intercambio sea
lo más armónico, equilibrado y justo para todos y cada uno de los integrantes
de la sociedad, no solo a nivel humano, sino del planeta en general.
Es la economía una ciencia social, y por lo
tanto, cualquier movimiento implica un impacto en todas las escalas vivas de la
sociedad. Decir que los movimientos de cada uno de los individuos no afectan la
totalidad, sería como suponer que somos seres aislados. Si una empresa no paga
salarios justos, eso genera de hecho un desequilibrio a todo el sistema, pues
impacta a las familias de la empresa, y estas familias impactan en el mercado,
que es quien recibe los ingresos de quien labora en dicha empresa. Si alguien
se enriquece, y gasta más de lo necesario, eso irremediablemente le está
quitando la posibilidad a otro de utilizar esos medios económicos para su
propio sostenimiento. Suponer que somos independientes los unos de los otros,
es una terrible incapacidad de ver que somos UN organismo vivo, en donde todo
el tiempo damos y recibimos de la naturaleza, de los seres que en ella habitan,
y del mercado.
La economía debe ser estudiada como ciencia
social, no como ciencia individual. Sin embargo, se siente en las facultades
que el enfoque, más allá de la ciencia social, es un enfoque de empresa, en
donde nos enseñan con más énfasis a ser individuos que alcancen un status
social, que seres humanos comprometidos en la construcción de una mejor forma
de administrar nuestra casa: el planeta. Estamos más abocados a construir una
sociedad donde el consumo prime, y esto nos hace seres envidiosos, codiciosos y
competitivos, antes que individuos que colaboramos para la construcción y
conservación de NUESTRA casa: el planeta en el que vivimos.
Qué hacemos? Propongo aprovechar nuestra capacidad creadora que como seres humanos tenemos, e intentar crear cambios en nuestros modelos individuales y comunitarios, que vayan impactando en sociedades donde el otro se contemple, sea este persona, ser vivo, recurso natural, Es urgente empezar a vernos como parte de un organismo vivo, en donde el otro sí importa, y donde mis acciones, todas y cada una de ellas, impactan al resto de seres que comparten este espacio vital llamado tierra.
Noviembre 21 del 2016. Comentario al postear en facebook.
Lo que vengo estudiando en estos días, es que nos vemos los unos a los otros con ojos de sumisión o de dominación. Mientras este tipo de relación exista, el resultado del ejercicio ecoómico parece ser la separación y la violencia. Esto proviene de los dos lados, tanto de los que se sienten poderosos, como de los que sienten oprimidos. Me parece que la tarea es intentar movernos de esos lugares internos y sicológicos de dominado o subyugado, e intentar ver al otro como un par, poniéndolo en su lugar, sea subiéndolo si lo tenemos abajo, o bajándolo si lo tenemos arriba. Es por lo menos el ejercicio que intento en mi vida.
Qué hacemos? Propongo aprovechar nuestra capacidad creadora que como seres humanos tenemos, e intentar crear cambios en nuestros modelos individuales y comunitarios, que vayan impactando en sociedades donde el otro se contemple, sea este persona, ser vivo, recurso natural, Es urgente empezar a vernos como parte de un organismo vivo, en donde el otro sí importa, y donde mis acciones, todas y cada una de ellas, impactan al resto de seres que comparten este espacio vital llamado tierra.
Noviembre 21 del 2016. Comentario al postear en facebook.
Lo que vengo estudiando en estos días, es que nos vemos los unos a los otros con ojos de sumisión o de dominación. Mientras este tipo de relación exista, el resultado del ejercicio ecoómico parece ser la separación y la violencia. Esto proviene de los dos lados, tanto de los que se sienten poderosos, como de los que sienten oprimidos. Me parece que la tarea es intentar movernos de esos lugares internos y sicológicos de dominado o subyugado, e intentar ver al otro como un par, poniéndolo en su lugar, sea subiéndolo si lo tenemos abajo, o bajándolo si lo tenemos arriba. Es por lo menos el ejercicio que intento en mi vida.